miércoles, diciembre 06, 2006

Congreso Internacional La Guerra Civil española


Cuando tenía ocho años, empecé a interesarme por la Historia. Mis padres me habían comprado tres libros (una historia en cómic de Sevilla, otra de Cádiz y otra de Jaén). Para entonces, abandoné mi aficción por coleccionar recetas de platos típicos regionales de las revista Mía que compraba mi madre. Pero la confirmación de este cambio de gustos se produjo cuando en las Navidades de 1993 nos regalaron una Enciclopedia de Historia de España, dirigida por Tuñón de Lara. El primer tomo que cogí, porque me llamó la atención, fue el número 9, correspondiente a la Dictadura de Primo de Rivera, la II República y la Guerra Civil española. Si a esto se le añade que mi padre tenía un libro de imágenes de dicho conflicto, se puede explicar la fascinación que nació en el entonces chico de nueve años por ese capítulo de la Historia de España (tanto para bien como para mal, puesto que coincidió con una época un poco integrista de mi vida, en lo religioso y en lo ideológico; y que repercutió en mi interés por la historia militar y, por desgracia, un poco positivista).

Este año han coincidido dos aniversarios en España: los 75 años de la proclamación de la II República y los 70 años del comienzo de la Guerra Civil. Durante este 2006, declarado "Año de la Memoria", una avalancha de publicaciones y de congresos y jornadas han ido apareciendo por doquier a lo largo y ancho de la geografía nacional. Entre ellos, la Universidad Nacional de Educación a Distancia, que celebró en Madrid un Congreso Internacional sobre la Guerra Civil entre los días 27 al 29 de noviembre, al cual asistimos una serie de amigos de la Facultad (menos mal, porque la soledad a veces es un fastidio y, además, tuvimos ciertos "problemillas" de alojamiento con el Albergue Juvenil).

A modo de balance, decir que el Congreso estuvo muy bien planteado, levantado desde abajo (según los trabajos que se iban presentando, se constituían mesas dedicadas a uno u otro tema), con la participación de una serie de "vacas sagradas" de la Historia contemporánea y de la Historia del pensamiento (Santos Juliá, Juan Pablo Fusi, Antonio Elorza, José Álvarez Junco). Las sesiones se celebraron en las Facultades de Humanidades, Ciencias Políticas y Derecho de la U.N.E.D. (Ciudad Universitaria) y en el Círculo de Bellas Artes.

En el transcurso del Congreso, hubo momentos para el debate y la reflexión, para el homenaje a los historiadores extranjeros que han estudiado nuestra historia (los hispanistas), para la crítica a los revisionismos sobre la II República y la Guerra Civil (asistimos a una pugna intelectual entre los profesores Ángel Viñas y Gabriele Ranzato), pese a que quedaron algunas cuestiones en las que, presumiblemente, no se llegará a un acuerdo (¿Pudo ser evitable la Guerra Civil? Todas las guerras son evitables, pero ¿acaso ciertos sectores de la población españolas no estaban decididos a acabar con un régimen político que destestaban por lesionar sus intereses?).

De las ponencias, me quedo con la oratoria de Enrique Moradiellos, la cual nos sorprendió por su facilidad de palabra y capacidad de resumir los posibles factores que contribuyeron al desencadenamiento de la Guerra Civil (entre ellos, la extensión de la ideología de la violencia desde la Primera Guerra Mundial, es decir, la legitimación de ésta para imponer un orden sociopolítico determinado; la división que se produjo en el seno del Ejército y la división de las dos fuerzas que habrían contribuido al sostenimiento del régimen republicano: el socialismo y el catolicismo político, éste último fragmentado en dos sectores, una ala mayoritariamente integrista y una ala minoritaria democratacristiana).

También, me pareció sugerente la idea que lanzó el escritor Andrés Trapiello acerca del mito del enfrentamiento entre dos Españas (decía que, en efecto, la población española no se polarizó en dos bandos, sino que hubo hasta cuatro Españas, a saber: una España revolucionaria, una España contrarrevolucionaria, una España de la izquierda democrática y una España de la derecha democrática).

Como había 38 mesas de comunicaciones que se celebraban simultáneamente a lo largo de los tres días, tenías que elegir por entrar en unas u otras. De las seis a las que podíamos asistir, me gustaron mucho la de Cine y memoria, la de Sociedad (con una comunicación sobre la lucha antialcohólica anarquista durante la Guerra) y la de Intervención extranjera III, sobre la relación de Argentina, Brasil y Portugal con el conflicto (por supuesto, me interesó mucho la comunicación en portugués, je, je, je).

Día de las familias

El día de las familias es una actividad que comenzó su andadura en el curso pasado en mi colegio. Consiste en un sábado de convivencia entre padres y madres de colegiales y sus hijos que están en el Mayor. El director les dirige unas palabras a los asistentes y se proyecta una memoria de las actividades del curso (este año consistió en un video, bastante "currado", por cierto), para luego pasar al comedor. Después, se organizan actuaciones de la tuna, partidas de ajedrez o dominó y una misa.

Este año el día de las familias se celebró el sábado 26 de noviembre. Lo recordaré con emotividad porque mis padres conocieron a algunos amigos míos (Tomás, Juan, Luis Rovirosa) y por encontrarme con algunos que me recordaban de cuando recibí a sus hijos en septiembre pasado estando en la Comisión de acogida colegial.

La cola que se formó en el comedor fue monumental. Gracias a Dios, estaban por allí Luis y Trancote para paliar en la medida de sus posibilidades los posibles problemas de intendencia y para hacerle un poco más llevadera la espera a los padres (vaya mi agradecimiento a los dos por el trato que dispensaron a mis padres).

Un libro emotivo


El pasado lunes día 20 de noviembre, después de meses de retraso, periodos de corrección que se alargaban y algún que otro desánimo, terminó de editarse el libro de mi padre. Era un estudio histórico sobre las fuentes documentales para la conquista de los castillos de Cambil y Alhabar (situados en la provincia de Jaén, en la comarca de Sierra Mágina), por los Reyes Católicos en 1485. Para que llegara este momento habían transcurrido ya diez años de su vida, muchas lecturas, muchos borradores, muchas horas frente a ordenadores, tras descubrir las posibilidades que le ofrecía la informática; y muchos préstamos y fotocopias de capítulos de libros y artículos.

Al final, tanta dedicación y esfuerzo han dado su fruto. Un libro de 560 páginas, con una buena y llamativa encuadernación y contenido que dará que hablar, donde mi padre se ha podido expresar con toda la libertad. A mí me correspondió el inmenso honor de prologárselo. Espero seguir su ejemplo y, como la parábola de los talentos de Jesucristo, empezar a dar fruto yo también en el campo de la investigación.

IV Congreso sobre Republicanismo


Entre los días 12 y 17 de noviembre estuve en Córdoba asistiendo al IV Congreso sobre Republicanismo, organizado por la Universidad de Córdoba, la Diputación Provincial y el Patronato Niceto Alcalá-Zamora y Torres de Priego.

El Congreso en sí estuvo muy bien por la variedad de temas que se trataron (política, teatro, sistema educativo republicano, cine, cuestiones de género, etc). Me gustó mucho la ponencia sobre el cine de la II República a cargo del historiador catalán del cine Román Gubern, puesto que había utilizado su manual el año pasado para la asignatura de Historia del cine y otros medios audiovisuales. Otras ponencias excepcionales fueron una sobre la cultura política republicana, por el profesor Rafael Cruz; y la de la educación republicana, que corrió a cargo de Alejandro Tiana, Secretario de Estado para la Educación y Catedrático de Pedagogía de la U.N.E.D., que se reveló un gran orador.

Además de las ponencias y comunicaciones, otro aliciente del Congreso fue la visita a Priego de Córdoba el jueves 16 de noviembre. Tras degustar un desayuno molinero, consistente en un cacho de pan con aceite, trocitos de bacalao y gajos de naranja y un café; se presentaron una serie de publicaciones. Luego, a la hora de comer, nos invitaron a una cata de aceite y a un pequeño refrigerio (pasados ambos por agua, pues la lluvia que cayó en Priego aquella tarde fue monumental), terminando con un panel de comunicaciones y la visita a la casa-museo del antiguo presidente de la II República española, Niceto Alcalá-Zamora y Torres; y a una exposición sobre la labor educativa del régimen.

Lo "malo", quizá, como suele pasar con estas cosas, era el reclamo de los créditos, que quizá incidía en el "interés" de un sector del alumnado cordobés. Igualmente, la última conferencia no estuvo exenta de polémica, porque, en mi humilde opinión, parecía que el ponente criticaba con un tono poco respetuoso los intentos de recuperación de la memoria histórica y daba a entender que la II República estaba condenada desde el principio a fracasar, por su multipartidismo y la falta de "republicanización" de la sociedad española de entonces (que, si bien existieron, ello no quiere decir que fueran factores decisivos para que el régimen republicano no se mantuviese y terminara con la Guerra Civil, por otra parte provocada por un golpe de Estado fracasado). No obstante, en su descargo, hay que decir que estuvo interesante su lectura del discurso del presidente Manuel Azaña, pronunciado el 18 de julio de 1938, donde pedía a las futuras generaciones de españoles "paz, piedad y perdón" (algo que no se dió en la inmediata posguerra).

Por otra parte, el Congreso me sirvió para conocer un poco mejor Córdoba (gracias, Manolo, por prestarte a enseñármela el primer día que llegué). Me gustó mucho el entorno de la Plaza de las Tendillas, la Judería, la Mezquita, la Iglesia de San Lorenzo y una gran librería que hay en la Plaza de la Compañía, Librería Anaquel. Me decepcionó, quizás, su Ayuntamiento, pues me lo imaginaba un edificio histórico (no tanto como el de estilo plateresco de Sevilla o historicista como el de Jaén) y me eché las manos a la cabeza cuando me enteré que en el Puente romano, que están restaurando, iban a pavimentarlo con ¡¡granito rosa!! (Mi más sincero pésame a todos los cordobeses)

Cine alternativo: El lobo


Hace ya más de un mes, concretamente el miércoles día 1 de noviembre (ya véis lo "descastado" que soy incluyéndolo ahora) proyectamos El Lobo, de Miguel Courtois, director entre otras de la recién estrenada G.A.L.

Cuando la película llegó a las pantallas, recuerdo que la vi precisamente en el puente de la Immaculada del año 2004 en Granada, pues a pesar de haberme ido unos días a casa, volví para hacer unos trabajos. Mi amigo Guille, aunque ya la había visto, se prestó a acompañarme y verla por segunda vez, cosa que le agradecí, puesto que me iba analizando algunos detalles de la película que me hubieran pasado inadvertidos.

En el caso de la proyección en mi colegio, intenté centrar el comentario en los orígenes de E.T.A., tratando de cuestionar el tópico de que el P.N.V. y la banda terrorista eran equiparables (si bien, las juventudes de dicho partido intentaron absorber a esta organización, fue un fracaso, por lo que rompieron relaciones entre ellas). Les expliqué la evolución que experimentó la organización desde su fundación en 1959 hasta las fechas en la que se supone se desarrolla la película (1973-1975), con las escisiones de las distintas Asambleas, su adopción de los métodos de "liberación nacional" propios de las guerrillas independentistas en el Tercer Mundo, la dicotomía entre un sector partidario de que primase la estrategia política sobre la estrategia armada (E.T.A. político-militar) y otro más radical y más proclive al uso de las armas (E.T.A. militar), la relación con otros grupos de oposición al franquismo (Moviment d´Alliberació Catalá, etc). La anécdota de la tarde fue el poco ojo que tuve a la hora de regular el cañón del proyector (gracias, Scralk), puesto que la pantalla no se veía demasiado grande; y que nos costó "horrores" conseguir que el DVD se pusiera en marcha.

Esta se supone que fue la tercera película del ciclo dedicado al terrorismo en el cine. La siguiente fue Imagining Argentina, de Christopher Hampton. Se iba a proyectar el sábado 11 de noviembre, pero por un error a la hora de ajustar nuestras agendas entre mi compañero Adrián de la comisión de Conocer el entorno y yo, a la misma hora se programó la visita al Carmen de los Mártires. Esa misma noche, me marché a Jaén, puesto que al día siguiente iba a Córdoba a un Congreso. Afortunadamente, mi compañero y amigo Tomás puso la película ese domingo, dando por concluido este ciclo. El sábado 18 de noviembre comenzó el ciclo de cine cómico, con Spanglish.