miércoles, octubre 25, 2006

Cine alternativo: Estado de sitio


El sábado comenzamos la actividad de cine alternativo-ciclos de cine en el Colegio Mayor. Este año lo planteamos de modo diferente a otros cursos, de manera que proyectaremos las películas integrándolas en un ciclo dedicado a un tema en concreto. Por ejemplo, el primero lo hemos titulado "El terrorismo en el cine" y en éste queremos ofrecer a nuestros compañeros distintas visiones o facetas del fenómeno terrorista en el mundo (el terrorismo islámico, el terrorismo del I.R.A., el terrorismo etarra y el terrorismo de extrema izquierda).

Con el objeto de hacerles pensar en las estrategias y desafios planteados por el terrorismo islámico, empezamos con Estado de sitio, una película estadounidense de 1998 dirigida por Edward Zwick, el mismo de El último samurai. Cuando eres un adolescente te impacta por su acción, pero cuando ya tienes una pequeña o mínima formación merced a la carrera, descubres claves que desconocías.

En lo que se refiere a esta película, para cuya exhibición por cierto tuvimos una serie de problemas técnicos que afortunadamente fueron solventados gracias a la ayuda inestimable de mis compañeros Tomás, Pablo y Pedro López (salvo la mala calidad de visionado de las últimas secuencias del DVD, que tuvimos que sufrir por su condición de copia), a costa de empezar unos minutos más tarde; debatimos al final si el Estado puede permitirse recortar o lesionar las libertades individuales de sus ciudadanos para hacer frente a un "enemigo o amenaza invisible" o, por el contrario, resulta contraproducente pues genera demasiados fallos y arbitrariedades que contribuyen a socavar la confianza en el sistema. Aunque parecía muy lejano el mensaje que nos daba la película en 1998, hoy por hoy, por desgracia para la tradición democrática de los Estados Unidos y para los derechos humanos, se están echando las bases de una política antiterrorista tras los atentados del 11-S (la tristemente célebre Acta Patriótica) que vulnera principios elementales, como les sucede a los retenidos en la base de Guantánamo; y están provocando un clima de tensiones en el mundo. Queda claro que al terrorismo hay que combatirlo, pero con una cierta reglamentación. También convendría recapacitar en el caldo de cultivo que ha permitido su surgimiento, pues no todos los terrorismos son iguales (son igualmente condenables, eso sí).

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