domingo, junio 18, 2006

Se aprueba el Estatut de Cataluña

Esta noche se ha confirmado la victoria pírrica de los partidarios del SÍ en el referéndum del Estatut de autonomía de Cataluña. Como siempre pasa, unos ven los resultados como el vaso medio lleno (en este caso, Convergencia i Unió, el Partido de los Socialistas catalanes e Iniciativa per Catalunya-Verds), otros como el vaso medio vacío (Esquerra Republicana de Catalunya y el Partido Popular). Personalmente, reconozco que no me he leído el texto aprobado, aunque me consta que se ha conseguido retocar en el Congreso, limando sus aspectos que podrían caer en la anticonstitucionalidad. No deja de resultar curioso como los políticos emplean las cifras en función de sus intereses (el PSOE y el PSC se alegran por el sí, sin apenas hacer caso de las altísimas cotas de abstención, como ocurrió en el pasado referéndum de febrero de 2005 para votar la "Constitución Europea", mientras que el PP se ratifica en su actitud combativa, crítica y de desgaste al Gobierno, sosteniendo que ha fracasado por esa misma baja participación). Y, por extensión, también sorprende las diversas lecturas que del hecho hacen periódicos afines a una u otra ideología o formación política. Desde mi punto de vista, un referéndum tendría mayores visos de legitimidad si sobrepasase un cierto porcentaje del censo (un 70 u 80 %), pese a que sé que en anteriores consultas de esta clase se han caracterizado también por una escasa movilización del electorado. No pretendo discutir la legitimidad de éste, pues ha arrojado datos favorables. Pero todo lo acontecido me induce a pensar lo siguiente, ¿realmente quién ha ganado esta noche? ¿Habrán ganado las posturas proclives a mayores cotas de autogobierno, como postulaba ERC, que ante la modificación de parte de los artículos del nuevo Estatuto han optado por no acudir a su cita con las urnas? ¿Habrá ganado la desidia o, mejor dicho, el desinterés de los ciudadanos por el nuevo proyecto, como sostiene el PP, lo cual vendría a significar, en mi opinión, no necesariamente que estuviesen en contra de la modificación, sino que la ciudadanía está harta de este clima coyuntural de tensión entre el Gobierno central socialista y el principal partido de la oposición a nivel nacional a cuenta de la organización territorial del Estado? ¿Será un exponente de la desconfianza hacia la "España plural" y al mensaje apocalíptico de que "España se rompe"? No soy analista político, pero veremos como afecta esto al panorama catalán y, por ende, al necesario clima de convivencia y colaboración entre los dos principales partidos a nivel estatal.

jueves, junio 15, 2006

Morriña

Eso es lo que estoy sintiendo desde hace unos días. Porque rememoro mi segundo curso, que hasta la fecha lo he tenido en mi imaginario como uno de los mejores de mi carrera. No sé si fue porque hice nuevas amistades (Luis, Juanfer, Luis Afán, Manolo Altamirano, Adrián Gil, José Manuel González), porque resultó un curso provechoso académicamente hablando, porque viví un cambio político histórico a nivel nacional después de unas jornadas aciagas y tristes, en las que percibí la gran movilización popular, fuera hacia un partido u otro; porque tuve el honor de cerrar el curso del Colegio al hacer mi último examen el 9 de julio, porque después de ello pude convencer a mis padres para que me dejasen hacer el camino de Santiago y volver a mi ya querida y añorada Galicia (a la que se traslada mi pensamiento cuando pongo un disco de Luar Na Lubre, Xosé Manuel Budiño, Berrogüetto, Milladoiro, Cristina Pato, Spiritu 986), gracias a personas como Carlos y Meli. Claro, que quizá tenga razón un amigo mío y deba entenderlo como una etapa de mi vida que fue única e irrepetible y ya no volverá (es como dice el arquéologo medievalista Matthew Johnson: "el pasado no existe, nos quedan sus restos"), que no es bueno mirar tanto para atrás, pero coincido con el diagnóstico de una amiga mía: esa experiencia me marcó.

Cuando lo comparo con éste, en la que si bien encuentro que he madurado desde el punto de vista de mi profesión (ya no creo en la "objetividad", he comprendido la influencia de lo social, lo político y lo económico en la construcción y descubrimientos de las ciencias), que he emprendido proyectos de cierto calado (mi primera incursión en la investigación histórica; una de las muchas contribuciones a la organización y realización de un curso de libre configuración para sacar pelas para el viaje de fin de estudios; tener una experiencia política, aunque frustrada, en mi colegio), que he salido más con mis queridos amigos y compañeros de la carrera y que he acudido más al cine-club, sin embargo, no dejo de sentirme un poco "descorazonado" o "sobrepasado". Sí, sobrepasado por el nivel de exigencia de las asignaturas de este año, por el inexorable peso de la responsabilidad, por mi tristeza cuando vi romper a varias parejas de amigos (menos mal que siempre queda la esperanza, pues también han surgido o resurgido otras), por el recuerdo que me quedará de amistades que terminan sus estudios y seguirán caminos diferentes al mío, por mi tremenda cobardía y carácter introvertido que me lastra para expresar ciertos sentimientos, por cómo me han tocado las narices (con perdón) ciertas prácticas y actitudes de algunos compañeros del colegio, que ponen en entredicho su teórico espíritu, la incomprensión mutua, la falta de coherencia...

Lamento todo lo que de desaprovechado he dejado en mi trayectoria del presente curso, de no haber convivido lo suficiente con muchas personas entrañables, de no haber estado al tanto de sus problemas e inquietudes, de no haber rendido lo suficiente o al menos no con el potencial que debería, de haberme mantenido distante y aislado en ocasiones, de no haber quedado con mis amigos de los dos colegios que están en pisos con más asiduidad. Os tengo que agradecer vuestro apoyo a todos aquellos que habéis contribuido a hacerme más llevadero este año y que no os quepa duda de mi aprecio y cariño.

Sí, estos son mis pecados en este curso que termina. Y los pongo por escrito porque necesitaba desahogarme de una vez, poner en orden mis ideas y hacer un balance de este año. Gracias a quien tenga la paciencia por leerme.